No todo es THC y CBD en la planta, hay más de cien cannabinoides. El Tetrahidrocannabivarín y el Cannabigerol muestran su enorme potencial.
Cuando hablamos de los componentes del cannabis solemos centrarnos en el THC en el cannabis recreativo y el CBD en el medicinal. Sin embargo, se han descubierto más de 100 cannabinoides al día de hoy.
Cannabigerol (CBG)
El CBG se descubrió por primera vez en 1964, como un constituyente del hachís. Está compuesto de ácido cannabigerólico (CBGA), uno de los primeros cannabinoides que se forman en la planta de cannabis.
A medida que la planta madura, sus enzimas convierten el CBGA en una gran variedad de ácidos cannabinoides como el THCA, el CBDA y el CBCA. Mediante los procesos de secado, curado y la aplicación de calor, la mayoría de cannabinoides se transforman en versiones no ácidas como el THC, el CBD y el CBC.
El Cannabigerol se encuentra en concentraciones más altas en el cáñamo que en las plantas cultivadas por su alto contenido en THC. Las variedades autóctonas de la India podrían contener una mayor concentración de CBG. Para obtener un mayor contenido de CBG, se recomienda cosechar las plantas cuando hayan transcurrido tres cuartas partes de su ciclo de floración.
El Cannabigerol ha demostrado que alivia la presión interocular y puede ser de beneficio en el tratamiento del glaucoma. También se puede utilizar para tratar la enfermedad inflamatoria intestinal. El CBG inhibe la actividad del neurotransmisor GABA en el cerebro, lo que reduce la ansiedad y la tensión muscular.
En el año 2014, investigadores italianos descubren que el CBG interactúa con ciertos objetivos implicados en la carcinogénesis, inhibiendo de forma efectiva el desarrollo del cáncer de colon. Mediante un seguimiento cercano del desarrollo de las células cancerígenas en ratones sometidos a un tratamiento con CBG, se comprobó que este cannabinoide fue capaz de inhibir el crecimiento de tumores.
También se ha comprobado en estudios clínicos de pacientes con cáncer, en los que se ve aumentada la autofagia, la inhibición de la proliferación de células cancerígenas, de la adhesión celular, así como la inhibición de migración e invasión de estas células.
En 1996 se descubrió que el CBG tiene un efecto parecido sobre el melanoma, reduciendo de forma significativa el crecimiento de las células cancerígenas en la piel.
Tetrahidrocannabivarín
El tetrahidrocannabivarín (THCV), tradicionalmente se encuentra en pequeñas cantidades en las variedades de cannabis de África Meridional. Actualmente se encuentra bajo investigación como tratamiento para el síndrome metabólico, considerado a menudo como preludio del desarrollo de diabetes tipo II.
En un estudio clínico realizado por GW Pharmaceuticals con THCV, el cannabinoide oral mostró una evidencia consistente de los efectos anti-diabéticos en 62 personas que sufren diabetes tipo II. Entre otros efectos positivos el THCV produjo una reducción del nivel de glucosa en plasma en ayunas con un aumento de la insulina en ayunas y mejoró la función de las células beta del páncreas, productoras de la insulina.